lunes, 31 de diciembre de 2012

Poética del fuego

(Fragmentos de Una Poética del Fuego, Gastón Bachelard, Ed. Paidós, Bs. As., 1992)







Hay bellezas específicas que nacen del lenguaje, a través del lenguaje, por el lenguaje. Pensándolo bien, el estudio sistemático de la imaginación literaria tiene para nosotros una ventaja: la de que, al reducir nuestro problema, lo hemos precisado. Estamos, por cierto, frente a una imaginación ofrecida con toda sencillez, en la más simple de las intimidades, la de un libro y su lector. La imaginación literaria es el objeto estético que ofrece el literato amigo de los libros. La imagen poética puede caracterizarse como un vinculo directo de un alma otra, como un contacto de dos seres felices de hablar y de oir, en esa renovación del lenguaje que es una palabra nueva.


La imagen literaria debe ser ingenua. Tiene, de este modo, la gloria de ser efímera, piscológicamente efímera. Renueva el lenguaje embelleciéndolo. Al leer a los poetas uno se adhiere a ese embellecimiento del lenguaje, a falta de tener el placer de crearlo.

Era entonces para nosotros un buen método abordar el problema más específico de la imaginación literaria: el problema de la expresión poética. Al considerar las imágenes poéticas del fuego tenemos una posibilidad más. Puesto que abordamos el estudio del lenguaje inflamado de un lenguaje que sobrepasa la voluntad del ornamento para alcanzar, alguna vez, la belleza agresiva. En el discurso inflamado, la expresión siempre sobrepasa al pensamiento. Al analizarlo desentrañaremos la psicología del exceso. Todo el psiquismo es arrastrado por imágenes excesivas. Las imágenes del fuego tienen una acción dinámica y la imaginación dinámica es un dinamismo del psquismo. Esa franja de exceso que colorea imágenes literarias nos revela una realidad psicológica quer deberemos poner en evidencia.

Al iniciar así el estudio de la estructura y el dinamismo del lenguaje poblado de imágenes, al estudiar con las imágenes literarias, la voluntad que se adueña de la palabra, me fui percatando lentamente, áridamente, de que la imagen literaria tiene un valor propio y directo, de que no es sólo una manera de expresar pensamientos, de traducir, en palabras bien dispuestas, placeres sensibles. Y es así como he llegado a entrever los gérmenes de una ontología poética en cada imagen literaria un poco nueva.

Con la imagen poética, uno puede aprehender el momento en que el lenguje quiere ser escrito. Cuando se conoce la felicidad de escribir, a ella es preciso entregarse, cuerpo y alma, mano y obra. George Sand lo sabía bien cuando decía: "De nada vale al pensar al escribir; el pensamiento y la palabra se llevan mal". La escritura es, de alguna manera, una dimensión que desploma la palabra. La imagen literaria es un verdadero relieve por encima del lenguaje hablado,del lenguaje sometido a la servidumbre de la significación. ¿Un relieve? Más aún: el valor poético consolida las trascendencias que podrían parecer simples retoños de la fantasía. Cuando se vive esa consolidación de la imagen literaria, de jueguetona que era, se convierte en imagen poética, uno se convence de que la Poesía es un reino del lenguaje. El reino Poético no está más en relación con el Reino de la significación: se sitúa por encima de las oscilaciones del significante y el significado que el psicoanalista, a causa de su oficio de esclarecedor de enigmas, debe medir. A veces la imaginación poetica violenta la significación. Los surrealistas proporcionan muchos ejemplos de esta violencia. Había allí una necesidad polémica para provocar la libertad de imaginar. Pero ahora que la poesía ha conquistado su derecho a la verticalidad, una simple exaltación del lenguje nos da esta libertad.

No se recibe, en verdad, comunicación de una imagen poética si no se acepta esta imagen ocmo una exaltación psíquica particular, como una metamorfosis del ser de la Palabra. Una filosofía del Reino poético debería pues sugerir una doble elevación del ser: por encima de la realidad ususal de los objetos, y por encima de la realidad psicológica de lo vivido de la realidad ordinaria.

Contra tales relieves psicológicos y metafísicos, la crítica es fácil. (...) Se nos objetará que al evocar para el lenguaje un reino Poético en el que abandonamos las obligaciones del lenguaje cotidiano, huimos dos veces fuera del ser: fuera del ser del mundo, fuera del ser de nuestro propio vivir. Los filósofos del Ser, los filósofos "ontológicos" se convencen muy fácilmente de la permanencia del ser en todos los modos del ser. Se ocupan del ser hasta en las brumas del ser. Apenas nacidos, existen. Y la realidad del mundo es para ellos una garantía inmediata de su propia existencia en el mundo. Por lo tanto, toda expresión hablada sólo puede ser un eco de una sonoridad natural del ser, de su ser. Los filósofos del ser manifiestan el mundo y manifiestan su ser en un solo y mismo lenguaje. Y siempre el ser, un ser, los seres son una garantía de la Palabra. El ser de la palabra no es más que una forma del Ser. La Palabra jamás conquista una autonomía. Es siempre un instrumento. En la mejor hipótesis, es un grito civilizador. Existe siempre, en el ser de una palbra, un ser antes de su ser; la palabra "expresa". El ser de su expresión no es más que un ser delegado, un "modo" del ser que habla.

En verdad, el dinamismo de las palabras inflamadas -las imágenes poéticas que nacen en el recinto de la palabra-, un dinamismo semejante responde por el movimiento, por la explosion, a los partidarios del lenguaje estabilizado. Si pudiéramos hacer sentir a continuación que en la imagen poética arde un exceso de vida, un exceso de palabras, habríamos probado, detalle por detalle, que tiene sentido hablar de un lenguaje caldeado, fogón de palabras indisciplinadas donde se consume el ser, en una ambición casi alocada por promover un ser-más, un más que ser.

Uno de los leitmotiv de la fenomenología aplicada es la determinación, en primera conciencia, de las "experiencias vividas". Lo que uno mismo vive, en si mismo, tiene -se piensa- un privilegio de clara conciencia. Pero a menudo esta determinación de una conciencia de lo vivido dice demasiadas cosas en una sola palabra. La palabra "vivido" sobrevalora muy fuertemente una experiencia que, como toda experiencia debe afinarse en incesantes análisis.

Bajo la pluma de los filósofos de nuestro tiempo, la palabra "vivido" es, a menudo, una palabra que reivindica. Se la escribe entonces contra otros filósofos de los que se juzga con cierto apresuramiento que no aborda lo "vivido", que se contentan con un juego fácil de abstracciones, que eluden "la existencia" para consagrarse al "pensamiento". El problema no nos parece tan simple, y puesto que nosotros mismos utilizamos la palabra "vivido", cargada tan a menudo de sentido existencialista, no es preciso explicarnos. ¿Como creen en efecto, que se tiene la vida, toda la vida, la vida en profundidad, en un acontecimiento pasajero, en la intensidad relativa de una eleccion psiquica excepcional? Lo vivido conserva la marca de lo efimero si no puede ser revivido. Y ¿como no incorporar con lo vivido la mas grande de las indisciplinas que es lo vivido imaginativamente? Lo vivido humano, las realidad del ser humano, es un factor de un ser imaginario. Deberemos probar que una poética de la vida vive la vida reviviéndola, intesificándola, desligándola de la naturaleza, de la pobre y monótona naturaleza, pasando de la realidad al valor y, suprema acción de la poesía, pasando del valor respecto de mí al valor respecto de las almas afines aptas para la valoraización por lo poético.

Por otra parte, ¿quién vive su vida, quién vive la vida natural en su amplitud y su diversidad? La vida natural se vive en nosotros sin nosotros. Si se la vive bien, la consecuencia es que se la expresa mal. En nosotros la vida no es un objeto que podemos asir en todo momento. No es una unidad de ser que puede determinarse en un estar-ahí. El ser humano es una colmena de seres. Son los pensamientos lejanos, las imágenes alocadas los que hace la miel del ser, la sustanica de la vida poética. La vida de un hombre no tiene un centro. ¿En qué perifería se anima la vida? Y puesto que se anima sobre todo al expresarse, hacia qué imagen, en qué poemas encuentra el ser su verdadera vida, la vida excesiva? El ser humano jamás estar fijo, jamás está ahí, jamás vive en el tiempo en que los otros lo ven vivir, donde él mismo dice a los otros que vive. No puede tomarse la vida como una masa que avanza en una oleada y arrastra todo el ser en un devenir general del ser. A menudo, casi siempre, somos seres estancados sacudidos por remolinos. ¿Dónde está la dirección del movimiento de la vida en nosotros? Bergson no tuvo dificultad en demostrar que en una experiencia de lo vivido el cronómetro es un instrumento inútil y engañoso. El cronómetro es el tiempo de los otros, el tiempo de un "otro tiempo" que no puede medir nuestra duración. ¿Pero acaso no somos nosotros la gavilla mal ligada de un millar de otros tiempos? Los "tiempos" entonces abundan en nosotros sin encontrar la cadencia que regularía nuestra duración. ¿Dónde está el tiempo que marcaría de una manera muy fuerte la dinámica de nuestro ser, los múltiples dinamismos de nuestro ser? Basta con cambiar de imágenes para cambiar de tiempos. En el reino del fuego, somos una hoguera de seres. En nuestro fuego que nos da energía y vida, ¿dónde está el tiempo principal? ¿Es acaso el tiempo de la ceniza que mantiene al abrigo al fuego de mañana?

Las objeciones que creo poder dirigir, en un corto prefacio, a ciertos juicios de los psicoanalistas relativos a la piscología del lenguaje no se dirigen naturalmente a los principios del psicoanálisis. Las obras de Freud, tanto las pequeñas como las grandes, tiene para mí una tonalidad inaugural que debe convercernos de que no se puede ingresar en los estudios psicológicos sin una profunda reforma de los métodos de observación. La introducción de un valor nuevo en el lenguaje - que este valor sea una claridad de pensamiento, una bella imagen o un dicho ingenioso es como el comienzo de la palabra-, cuyo rol en una ética del psiquismo debería señalar la filosofía.

Querría mostrar que, en pirmer lugar que los seguidores de Freud no abordan verdaderamente la estética del lenguaje y, luego, que la estética del lenguaje cumple un rol útil para la salud psíquica.

Centro todo mi debate de una sublimación absoluta. Los poetas, dice Patrice de La Tour du Pin, encuentran "su base elevándose". Esta base es el umbral mismo de la sublimación absoluta. Ya he propuesto esta noción en mis obras anteriores.

Hay imágenes absolutas, es decir, imágenes liberadas de su sobrecarga pasional. Esas imágenes no subliman nada. La destilación poética ha tenido éxito, esta acabada. La pureza poética fue alcanza. La quintaesencia poética ha sido despojada de todos los residuos sensibles. El psicoanalista no considera este elevarse del lenguaje hasta su propia altura. Todas las imágenes permanecen -para él- impregnadas de materias písquicas mal elaboradas, incluso de materias que rechazan la elaboración.

Para el psicoanalista hay siempre una resistencia a un movimiento, y una profundidad bajo una superficie. El psicoanalista mira en profundidad y mira bien. Ve claramente en los profundos estratos del ser. Pero con ello arriesga perder el sentido de la altura, la sensibilidad a los impulsos de una verticalidad psíquica. Para el psicoanalista la profundidad es lo estable, lo sólido, lo permanente. Para el psicoanalista, no hay vestido adornado que no lleve un grueso forro. Cuanto más adornado el vestido, más grueso el forro. Y está hecho con la sólida tela de los complejos. Un arlequín de retazos de forro, tal es la personalidad profunda de un psiquismo brillante.

Comienzo entonces la elucidación de la realidad psicológica oculta: "Muestras demasiado, en consecuencias escondes". Tal es el juicio que el psicoanalista pronuncia contra su paciente. Y cuando es en la palabra misma donde se manifiesta la necesidad de adorno, la voluntad de adorno, el placer por el adorno, el psicoanalista no siempre sabe entrar en el diálogo de las palabras juguetonas y encontrar de ese modo el fondo del fondo. Condena globalmente el lenguaje adornado. Cuando la expresión multiplica los matices, cuando matiza los matices, el psicoanalista ve allí una pantalla abigarrada, una pantalla instalada por una represión sutil. Un ser hábilmente secreto se opone de ese modo a la mirada de un psicoanalista perspicaz. Hace ya largo tiempo que se ha dicho que la palabra fue dada al hombre para que pudiera ocultar su pensamiento.

Pero situar el problema bajo el signo de un pensamiento hábil en preservar los secretos equivale a no tener en cuenta la exuberancia de las palabras que expresan imágenes. Filtrarse en nuevas imágenes es un destino normal de la palabra.

En general, la excitación por hablar es una mala señal a los ojos de un psicoanalista. Emplea una palabra grosera, propia del manicomio, para condenar la exuberancia de las palabras como "verborragia". Cree que la excitación por hablar es una excitación sustitutiva. Jamás piensa en el beneficio directo que recibe un psquismo. De todas maneras, para un psicoanalista esta exuberancia es un trastorno superficial. Los psicoanalistas se lanzan a investigar causalidades psicológicas más profundas.

En consecuencia, para un soñador del lenguaje poético, para un soñador del lenguaje completo, los psicoanalistas son como psicólogos linguísticamente monoorientados, más exactamente como psicólogos semiverticalizados. No conocen la amplitud de toda la verticalidad del lenguaje. Y como no piensan incluir en el lenguaje los valores cimeros, los valores que sobrepasan la cima -es decir, los valores poéticos-, son insensible a la dinámica de la verticalidad positiva, aquella que atrae, que entusiasma a los poetas, los grandes del habla. Se sorprenderían si se les dijera que esos derrames de palabras poéticas son manifestaciones del soplo vital, de una forma muy humana de soplo vital. En la poesía el soplo vital del lenguaje se renueva sin cesar. Al leer a los poetas se tiene mil oportunidades de vivir en un lenguaje joven.

Una de las acciones más directas del lenguaje es preciso encontrarla en el lenguaje imaginativo. Al soñar entre abundante imágenes poéticas, el fenomenólogo puede suplantar al psicoanalista. Es posible incluso que un doble método que enlace dos métodos contrarios, uno que vuelva hacia atrás y otros que asuma las imprudencias de un lenguaje no controlado, uno dirigido hacia la profundidad y otro dirigido hacia las alturas, produjera oscilaciones útiles y permitiera hallar el punto de unión entre las pulsiones y la inspiración, entre lo que empuja y lo que aspira. Es preciso remitirse siempre al pasado y también, sin cesar, desembarazarse del pasado. Para vincularse al pasado es menester amar la memoria. Para desligarse del pasado es preciso imaginar mucho. Y esas obligaciones contrarias vivifican el lenguaje.

Una filosofía completa del lenguaje debería, pues, unir las enseñanzas del psicoanálisis y de la fenomenología. Sería entonces menester añadir al psico-análisis un poético-análisis donde se pondrían en orden las aventuras del lenguaje, donde se daría libre curso a todos los medios, a todos los talentos de expresión.

Para desentrañar en todas sus sutilezas un poético-análisis de un hombre que se expresa, no hay que contar con los psicoanalistas. Son escasos los psicoanalistas que leen a los poetas, que señalan cada día de su vida por el amor a un poema. El poético-análisis debería ser una profundización muy íntima de la alegría de imaginar. Cada uno comenzara entonces, por medio de su poético-análisis, su propio psicoanálisis. Un autopsicoanálisis es fácil cuando se es viejo. Para un poético-análisis bueno y fervoroso sería necesario ser joven. Así el largo relato de mis tormentos de método, cuya historia he querido narrar, no conducen a una tranquilidad homogénea. Cuanto más trabajo, más me diversifico. Para encontrar una unidad de ser, sería necesario tener todas las edades a la vez.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Sobre luz y oscuridad



Conforme vayas ganando en luz
verás que cuanto más brillante es,
... más sombras proyecta
y de mayor intensidad.

martes, 25 de diciembre de 2012

Agartha





Agartha es, según la tradición oriental y el movimiento teosofista, una ciudad o un reino constituido por numerosas galerías subterráneas extendidas por toda Asia y el mundo. La capital de este nuevo mundo subterráneo, denominada Shambala, se encontraría bajo el desierto de Gobi, y allí reinaría aún el Rey del nuevo mundo. 

Agartha está relacionada también con la teoría intraterrestre, que consiste en suponer la existencia de civilizaciones subterráneas muy evolucionadas (los intraterrestres). Esta creencia forma parte de ciertas tradiciones y cultos, y autores concretos han basado sus novelas o escritos en ella, aunque la comunidad científica descarta por completo esta posibilidad.

Dejando a parte que Agartha no es mas que una de las muchas tradiciones antiguas de una tierra santa por excelencia, (como las que enumera René Guénon en su libro "El rey del mundo": la Atlántida, el reino del sacerdote Gianni, el castillo de Camelot, la isla de Ávalon, el Montsalvat de los mitos del rey Arturo, la isla de Ogigia, la mítica isla de Thule, el Monte Meru, el Monte Olimpo, el Monte Qaf), desde el punto de los Vtopianos habría que destacar que en ese reino interior no existiría ni el mal ni el crimen ... y aquí surge la pregunta ¿por que un mundo perfecto y un mundo feliz es recurrente en el imaginario del hombre?

Fuente: Wikipedia

lunes, 24 de diciembre de 2012

Sol Invictus

(tomada de las notas de Facebook de Javier Escalada)

Siempre me ha gustado "hacer aterrizar" los grandes conocimientos y hechos, y apenas unas horas antes del solsticio de invierno me viene a la memoria mi visita hace unos años a Newgrange en Irlanda.

Túmulo de Newgrage (Irlanda)

Newgrange es un túmulo funerario construido hacia el 3.300 antes de cristo, y como referencias de estas fechas quisiera recordaros que la construcción de la Gran Pirámide de Giza está estimada en el 2.570 a. de C., Stonehenge se estima en el 2.500 a. de C., ... Quien se acerca hoy en día a Newgrage se encuentra con un túmulo con paredes de piedra blanca y cubierto por un montículo de piedra coronado por la turba y el eterno verde irlandés.

Lo primero que observas al llegar a su base son unas enormes piedras talladas con signos neolíticos, la mayoría espirales o laberintos circulares.

Lo que me maravilló de esta construcción del hombre es el enorme corredor de más de 18 metros que finaliza en una cámara cruciforme que está coronado por una cúpula de piedra de cerca de 6 metros de altura. Las mejores palabras que encuentro para describirlo son las que escribió Edward Lluyd, su descubridor, en 1.699: "Para entrar por primera vez tuvimos que arrastrarnos; pero a medida que avanzábamos, los pilares laterales iban siendo cada vez más altos, y al entrar en la cueva vimos que tenía unos 6 m de altura. A cada lado había una especie de celda o compartimento; y otro más, exactamente frente a la entrada."

Entrada al túmulo de Newgrange franqueada por grandes piedras labradas

No obstante, lo más maravilloso es que los análisis de estos restos neolíticos consideran que sus piedras labradas recogen observaciones astronómicas y que junto a Newgrage forman un enorme calendario solar. Teoría admitida para otras construcciones similares como Stonehenge o los alineamientos de Carnac de los que os hablaré en otro momento. Uno de los últimos investigadores fue Michael O'Kelly, quien el 21 de diciembre de 1969 contempló el amanecer desde el interior del túmulo de Newgrage y escribió: "Exactamente a las 9,54, hora oficial británica -escribió-, el borde superior de la esfera solar apareció en el horizonte; y a las 9,58, el primer rayo de luz directa penetró por la abertura y atravesó la galería, llegando hasta el límite frontero del empedrado de la cámara del fondo. La delgada línea de luz se fue ensanchando hasta convertirse en una franja de 17 cm de anchura, iluminando de manera espectacular la tumba y permitiendo ver con claridad varios detalles de las cámaras, e incluso el techo abovedado, gracias a la luz reflejada en el suelo. A las 10,04, la franja de luz comenzó a estrecharse, y a las 10,15 el rayo directo dejó de incidir en la tumba." Este efecto lumínico sólo se repite en esa misma fecha, una vez al año en el solsticio de invierno.

newgrange_itimes
Amanecer desde el interior de Newgrange

El solsticio de invierno es el día más breve del año, y marca el comienzo del año nuevo, cuando las fuerzas vitales empiezan a reanimar la tierra adormecida. Quizá la triple espiral tallada en el interior de la cámara resuma las intenciones de los constructores de esta mal llamada "tumba". ¿Simboliza la espiral tendida al interior el viaje emprendido por los muertos, y la que señala el exterior el renacimiento? Caso de ser así, quizás en Newgrange se llevara a cabo una fecundación simbólica del huevo cósmico, con el propósito de asegurar la continuidad del eterno ciclo de muerte y resurrección. Tal vez los sacerdotes instalaran en las cámaras los restos incinerados de los antepasados más venerados, para que el sol incidiese en ellos el día del solsticio de invierno, en una afirmación simbólica de la continuidad de la estirpe.

En ocasiones pensamos que el hombre del Neolítico era un ser simiesco, simple, bárbaro, con conocimientos y habilidades más cercanas al animal que al hombre moderno. Si fuera así, ¿cómo pudieron ser capaces de realizar estas maravillas?, ¿porqué hemos perdido estos conocimientos?, ¿porqué nos hacemos estas mismas preguntas respecto a otras maravillosas construcciones?

SOLSTICIO DE INVIERNO.

El solsticio de invierno corresponde al momento en el que la posición del sol en el cielo se encuentra a su mayor distancia, lo que produce el día más corto y con la noche más larga. El el día a partir del cual la luz del sol iluminará la tierra más tiempo, lo que permitirá renacer a la naturaleza que responde al calor del astro rey.

Este hecho astronómico se ha recogido a lo largo de la historia de todas las culturas bajo festivales, reuniones, rituales y celebraciones que dan su reconocimiento a este momento mágico de renovación y renacimiento.

ANTROPOLOGIA.

¿Porqué consideramos al solsticio como un momento "mágico"?

Hoy en día nadie se cuestiona el influjo de los astros en nuestro entorno e incluso en nosotros mismos, es obvio en el caso de la Luna (mareas, nacimientos), y si es esto así, qué no podrá influir el Sol, un astro mayor y con gran energía que nos trae la vida a nuestro planeta.

http://trazos.blogspot.es/img/chartreslab.jpg
El laberinto grabado en la Catedral de Chartres

Hablemos de las mareas estacionales que resultan de la influencia de las partículas solares que bombardean la Tierra y de las tensiones creadas por la inclinación axial de ésta, por lo que constituyen corrientes energéticas de fuerzas o intercambios vitales de influencia y magnetismos entre los sistemas internos del hombre, de la Tierra y del cosmos. Así, las mareas cambian cuatro veces al año, en los solsticios y en los equinoccios, y sus fuerzas marcan estos cambios: la marea que empieza equinoccio de primavera (Aries) es el “tempus de sementis”, estimulación que va hasta el solsticio de verano y que propicia los comienzos de nuevas obras; la que empieza en el solsticio de verano (Cáncer) es “tempus messis”, adecuado para los trabajos prácticos y materiales, tiempo de cosecha; la que comienza con el equinoccio de otoño (Libra) es “tempus consilii”, periodo de deliberación, decisiones y equilibrio entre la vida interna y la forma; la que comienza con el solsticio de invierno (Capricornio) s “tempus eversionis”, periodo de derribo, destrucción, de meditación retiro interno. La constelación de Capricornio simboliza la montaña, la puerta hacia la iniciación, el nacimiento de la consistencia que ya no está sólo enfocada en la mete o en las emociones, sino en contacto con la llama interior que sólo se enciende en el silencio. El hombre se ve afectado por estas influencias astrales de igual manera que los elementos de la naturaleza.

Milagro de la Luz en cualquier iglesia de nuestra geografía

En las antiguas tradiciones, el tiempo y el espacio no se conceptuaban homogéneos y continuos, por el contrario, admitían la existencia de lugares y tiempos sagrados: la separación ilusoria entre la Tierra y el Cielo desaparecía, y una vez más, tenía lugar la recreación del mito y el comienzo del tiempo en el que ocurrió (lo sagrado irrumpía en lo profano). Los solsticios son dos de esos momentos con universalidad bien patente, y de cuya celebración nos queda el recuerdo de festividades exotérico-religiosas, y en algunos casos, una aproximación del sentido esotérico, que se traduce a través de símbolos y ritos (en diferentes tradiciones), y que de forma general representan el drama de la muerte y resurrección del Sol. Astrológicamente, el Sol nace en la noche más larga y oscura del año, cuando la constelación de Virgo (la Virgen simbólica) está en el horizonte oriental a la media noche para alumbrar al niño que nace en cada uno de nosotros, a la luz que despierta en nuestro ser; y es que en invierno, cuando el magnetismo del Sol físico decrece, aumenta un influjo mental sobre nuestra consciencia.

SOL INVICTUS.

Relieve con diversos episodios de Mitra, es interesante observar la rica simbología

Durante el Imperio Romano se dió el título de "sol invictus" (el sol jamás derrotado) a tres divinidades: El Gabal, Mithras y el Sol. Un festival del nacimiento del Sol Inconquistado (o dies natalis Invicti Solís) era celebrada por los romanos el 25 de diciembre. En este respecto, el primer día después de los seis días del estancamiento solar (aparente) del solsticio de invierno, la duración de la primera luz del día comienza a aumentar, como el sol, una vez más, y la salida del sol inicia su movimiento hacia el Norte, lo que era interpretada como el "renacimiento" de el sol. Con la creciente popularidad del cristianismo, Jesús de Nazaret vino a darse mucho antes del reconocimiento dado a un dios sol, con lo que se incluye a Cristo en la tradición. Esto fue más tarde condenado por la Iglesia Católica a principios de asociación de Cristo con prácticas paganas como la Brumalia y Saturnalia, ambas dedicadas al sol que contienen antecedentes muy significativos de las tradiciones que repetimos hoy en día en la Navidad cristiana.

Representación del "Sol Invictus"
¿Te suena a alguna gran estatua de la ciudad de Nueva York?
¿estamos ante un argumento para una novela de Dan Brown?

lunes, 17 de diciembre de 2012

La cerveza y la Termodinámica



James Prescott Joule (Salford, UK, 1818 - Sale, UK, 1889) fue un fisico-químico británico, a quien se le debe la teoría mecánica del calor, y en cuyo honor la unidad de la energía en el sistema internacional recibe el nombre de Julio.

James Prescott Joule nació en el seno de una familia dedicada a la fabricación de cervezas. De carácter tímido y humilde, recibió clases particulares en su propio de hogar de física y matemáticas, siendo su profesor el químico británico John Dalton; compaginaba estas clases con su actividad profesional, trabajando junto a su padre en la destilería, la cual llegó a dirigir. Dalton le alentó hacia la investigación científica y realizó sus primeros experimentos en la propia fabrica de cervezas, formándose a la vez en la Universidad de Manchester.

Joule estudió aspectos relativos al magnetismo, especialmente los relativos a la imantación del hierro por la acción de corrientes eléctricas, que le llevaron a la invención del motor eléctrico. Descubrió también el fenómeno de magnetostricción, que aparece en los materiales ferromagnéticos, en los que su longitud depende de su estado de magnetización.


Pero el área de investigación más fructífera de Joule es la relativa a las distintas formas de energía: con sus experimentos verifica que al fluir una corriente eléctrica a través de un conductor, éste experimenta un incremento de temperatura; a partir de ahí dedujo que si la fuente de energía eléctrica es una pila electroquímica, la energía habría de proceder de la transformación llevada a cabo por las reacciones químicas, que la convertirían en energía eléctrica y de esta se transformaría en calor. Si en el circuito se introduce un nuevo elemento, el motor eléctrico, se origina energía mecánica. Ello le lleva a la enunciación del principio de conservación de la energía, y aunque hubo otros físicos de renombre que contribuyeron al establecimiento de este principio como Meyer, Thomson y Helmholtz, fue Joule quien le proporcionó una mayor solidez.

domingo, 16 de diciembre de 2012

O gato da Roda tiña tinga

(tomado de El País 08/09/2009) 


Era gris, marrón e negro e, ultimamente, no outono de 1956, estaba bastante feo porque lle caía o pelo. Chamábano Artista, pola súa maña para coarse dentro dunha casa, a de Pepe Hermelo, O Pequeno, e María Domínguez, onde sabía que tiña asegurada o leite porque había nenos. A verdadeira historia do gato da canción que popularizou o grupo A Roda acaeceu en Vilariño, unha localidade da parroquia de Hío, en Cangas, que entón roldaba os cen habitantes e nos últimos anos non parou de crecer. 

A casa en cuestión estaba no lugar da Lontreira, e o felino terminou converténdose nun pesadelo para a familia. Había un recentemente nado e o animal, en pleno novembro, descubriu o quente que podía durmir naquel berce. Hoxe, o bebé é un home casado que traballa na refinería da Coruña, chámase Chema Hermelo e volve xunto á súa nai, a esa casa onde lle tenderon a trampa ao gato, sempre que ten días libres. 

Artista empezou entrando por un buraco que había na porta, pero cando llo taparon seguiu coándose polo cristal roto dunha fiestra. Despois, reposto o cristal, descubriu un acceso pola cuberta, unha determinada disposición de tézalas que se chama bufarda e permite que salga o fume da lareira. O matrimonio pechou tamén aquel oco, pero o gato seguiu entrando a diario. 

"Había unha veciña aquí que fora institutriz de Franco en Ferrol", recorda María Domínguez, "e sempre nos dicía que tiñamos que zafarnos do animal porque lle ía a pegar algo ao neno". Ninguén sabe precisar se o que tiña o gato era sarna, tinga ou calquera outra cousa, pero o que está claro é que "tiña unha enfermidade, porque se lle caía o pelo", segue contando o fillo de María. 

Así que un bo día O Pequeno conseguiu agarrar ao gato, meteuno nun saco e foise a buscar aos seus amigos, algunhas versións din que á taberna de José de Sara, coa intención de levarllo a Terra dá Laxe, un lugar a uns oito quilómetros onde está a praia de Castiñeiras. En realidade, en Cangas este topónimo pronúnciase sen a e final, "Terra dá Lax", e así resulta inconfundible, pero os da Roda cantárono sempre como A Laxe. Aquí radica o primeiro dos equívocos da tonada: a historia parece desenvolverse en Vigo, porque existe un lugar da Ribeira que se chama así. O grupo vigués modificou un tanto a letra, e o gato, que na versión orixinal foi collido "a tiro" e metido no saco, na súa forma máis famosa foi morto "a tiros", en alusión a un home que ao parecer mataron no porto de Vigo e que se alcumaba O Gato. 

O que si coincide coa versión primixenia, escrita por outro de Vilariño, Manuel dá Ponche, é o de que foron catro veciños os que levaron o gato no saco. "Vos mellores deste barrio" eran, ademais de José O Pequeno, Pepe Pichita, Lito Charrúa e Fin. Pero sucedeu que era o tempo no que se abren os barrís, e os amigos, unha vez solto o gato vivo en Castiñeiras, decidiron ir probar o viño novo seguindo a ruta dos furanchos. E debe de ser que se recrearon na cata do loureiro, que aquí se chama espadeiro, porque, segundo case todas as versións, ao cabo das horas, cando volveron a Vilariño o gato pelón estaba de volta. No entanto, María, a única protagonista viva desta historia, asegura que "o animal tardou oito días" en regresar. Entón, nunha nova encerrona doméstica, Artista caeu de novo no saco. E ao fin, segundo a canción de Manuel dá Ponche (gran compositor de éxitos populares que agora versionan grupos como Quempallou e A Tuna Rastafari), o gato terminou na mesma praia feito "un bañista". 

Os fans de Dá Ponche, que en Galicia, e sobre todo na ría de Vigo, non son poucos, aseguran que el era un dos amigos convocados polo Pequeno para afastar de Vilariño ao gato. Logo, non se sabe se porque chegou tarde ou porque os seus amigos presentáronse moi cedo, quedou atrás, e esa tarde, na taberna, compuxo a letra e a música para devolverlles a xogada. Á volta, di a lenda, os catro foron recibidos coa canción polos da tasca. 

Hai quen di que os amigos esperaron a ver como se afundía a bolsa no mar para asegurarse de que o felino emprendía unha singradura sen retorno, pero María nega de principio a fin esta segunda excursión. Segundo a esposa do Pequeno, ela mesma e o seu marido encargáronse de desfacerse do gato, sen intervención de terceiros afeccionados ao branco do Morrazo. 

"Collemos ao gato, metémolo nunha alforxa do burro e puxemos unha pedra na outra para compensar o peso", detalla, "logo, fómonos co can ata Limens e alí soltámolo". O can, ao ver ao gato, púxose a ladrarlle, e este escapou. "Rubiu por un piñeiro arriba e alí quedou". Ao fin, non se volveu a ter noticia de Artista.

viernes, 7 de diciembre de 2012

La Triple Divisa



Muchos masones conciben la triple divisa que abre y cierra sus trabajo como parte integrante de la cultura masónica desde los primeros tiempos. Nadie duda, en efecto, que las aspiraciones a las que dicha divisa se refiere se encuentran enraizadas en el corazón de la ética de cualquier masón. Sin embargo, su antigüedad en el seno de la Orden no es tan grande como cabría imaginar y su introducción no dejó de producir determinadas complicaciones. 

Para establecer la génesis del trilema hay que remontarse al siglo XVIII, antes del estallido de la Revolución Francesa. Las “ideas nuevas” cosechaban éxito en la sociedad francesa, sobre todo en los clubes, los gabinetes de lectura y, también, en las Logias (aunque no más en ellas que en otros lugares). El deseo de un amplio segmento de la sociedad ilustrada –la aristocracia liberal y particularmente, la burguesía- por tomar parte en los negocios se expresa a través de temas como “la dulce igualdad” y “la tierna fraternidad”, que florecerán en todos los discursos, sobre todo en los pronunciados en el seno de las Logias. Pero no es menos cierto que la fórmula “Libertad, Igualdad, Fraternidad” no aparece en el lenguaje masónico propiamente dicho hasta después de que esta misma fórmula haya sido consagrada por la República, y nunca antes como pretende una vivaz leyenda.

Si desde 1789 el Marqués de Girardin proclama que la Constitución tendrá por base “la Igualdad, la Justicia, la Universal Fraternidad ”, la proposición efectuada entonces por el Club des Cordeliers de adoptar la triple divisa como lema no sería tenida en cuenta, y habrá que esperar hasta 1793 para que los documentos oficiales de la joven República se adornen, en adelante, con la fórmula “Unidad, Indivisibilidad de la República – Libertad, Igualdad, Fraternidad o Muerte”. Todo un programa doctrinal, sin duda.

En cualquier caso, la Masonería no adoptará la fórmula hasta más tarde, y aparece por primera vez la divisa en la patente de una Logia que, en junio de 1793 adopta como título distintivo precisamente el nombre de “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. A pesar de todo, la divisa continúa siendo muy poco usada en los medios masónicos, e incluso se puede citar una mención del Libro de Arquitectura de la Muy Respetable Gran Logia de Francia que, en 1773, había rechazado su fusión con el Gran Oriente de Francia y que desaparecerá en 1799.

Hasta 1848, la triple divisa no vuelve a aparecer en ningún documento masónico. El 24 de febrero de ese año, el Gobierno provisional establece: “Libertad, Igualdad, Fraternidad como principios, y el Pueblo como divisa y lema”. La Ley del 8 de septiembre oficializará finalmente la divisa como propia de la República.

La Masonería, que en París ha tomado una participación activa en la Revolución, envía una delegación el 6 de marzo al Ayuntamiento de la ciudad. El Hermano Bertrand declara en aquella ocasión: “Los masones han llevado desde siempre en sus estandartes las palabras Libertad, Igualdad, Fraternidad. Al verlas ahora en la bandera de Francia, saludan el triunfo de sus principios y se felicitan al poder decir que la Patria ha recibido la consagración masónica”. Singular modo de escribir la historia…

Hay que esperar al Convento de 1849 para que el Gran Oriente de Francia modifique su artículo primero añadiendo esta última mención: “La divisa (de la Masonería) ha sido siempre (sic): Libertad, Igualdad, Fraternidad”. En este mismo texto, el Gran Oriente proclamaba por primera vez en su historia que la Masonería tenía también “por base la existencia de Dios y la inmortalidad del alma”…

En 1869 la Gran Logia Central , fundada en 1822 por el Supremo Consejo de Francia (del Rito Escocés Antiguo y Aceptado) para administrar sus logias azules, solicita la introducción de la divisa en el escocismo –y la supresión de la referencia al Gran Arquitecto del Universo-.

En 1873, el Supremo Consejo accede a la primera de estas demandas. El mismo espíritu y la misma divisa serán recogidos por la Gran Logia Simbólica Escocesa fundada en 1880, y después por la Gran Logia de Francia, definitivamente constituida en su forma actual en 1894 y 1896.

La triple divisa quedaba así universalmente establecida en la Masonería francesa. Universal, generosa… pero en absoluto masónica de origen, continúa siendo en nuestros días una especificidad masónica exclusivamente francesa”.

lunes, 3 de diciembre de 2012

A boca do Monte ... Tunel Romano de Montefurado.


Las explotaciones pizarreras a cielo abierto que están a punto de iniciar en las proximidades del Túnel Romano de Montefurado (Lugo) dañarán irreparablemente el entorno natural de la zona. Se trata de un paraje único en España donde, en el siglo II, los romanos horadaron una montaña y desviaron el curso del río Sil para buscar oro, en una monumental obra de ingeniería. Además de la espectacular galería excavada en la roca por la que actualmente discurre el río, en las inmediaciones aún es posible visitar el meandro por el que fluía el antiguo cauce, así como varios castros prerromanos en las aldeas de Vilanuide, Anguieiros y Sesmil. Todo el entorno del Túnel, de singular belleza paisajística, es una inusual muestra de bosque mediterráneo en pleno corazón de Galicia. A continuación podeis firmar una petición para que la Xunta de Galicia impida explotaciones pizarreras en el entorno de este tesoro.


Así mismo, también adjuntamos otra petición por la que se solicita tanto a la UNESCO como a la Xunta de Galicia la consideración del Tunel Romando de Montefurado como Patrimonio de la Humanidad.

sábado, 1 de diciembre de 2012

¡...y sabía que no era plana!



Corría el siglo III a.C. cuando el filósofo, astrónomo y matemático Eratóstenes ideó un método para el cálculo del radio de la Tierra, basado en la trigonometría. El día elegido para la medición a partir de la cuál obtener los datos necesarios fue al mediodía de un solsticio de verano. Por los manuscritos de su biblioteca, Eratóstenes sabía que en Siena (actualmente Asuán) los objetos no proyectaban sombra al mediodía del solsticio de verano; es decir, la ciudad se encuentra en el Trópico de Cáncer. Esto se debe a que los rayos del Sol inciden de forma perpendicular a la superficie y por tanto, la sombra está justo debajo del objeto: no hay proyección visible. Uno de sus sirvientes se desplazó a Siena para realizar la comprobación, mientras que él se quedaba en Alejandría para hacer el mismo experimento allí. El resultado: en Alejandría, a la misma hora, los objetos sí que proyectaban una pequeña sombra.

Dicha proyección era de algo más de 7 grados. Suponiendo ahora que los rayos del Sol que llegan a la Tierra son paralelos y que Siena y Alejandría están en la misma latitud (distan tan solo 3º), y sabiendo la distancia entre las dos ciudades era sencillo llegar a calcular el radio terrestre. Existen diferentes historias sobre cómo sabía Eratóstenes la distancia entre ambas ciudades, como que envió a un sirviente contando los pasos, o que usó la estimación de las caravanas de comercio; pero lo realmente importante es que tenía un valor de 5000 estadios (785 km). También existe discrepancia en la longitud de un estadio ya que la definición es diferente para un estadio de 185 metros o el estadio egipcio de 157 metros, pero eso es lo de menos. Lo que está claro es que dedujo que la circunferencia de la Tierra era de 250000 estadios (39250 km). Hoy en día sabemos que el radio medio de la Tierra es de 6371 km, por lo que el error cometido por Eratóstenes fue de tan solo 120 km: algo menos de un 2%. Esto es todo un logro para realizar un cálculo tan preciso de una forma tan aparentemente rudimentaria.

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