Las primeras noticias que se tienen en Galicia de la existencia de "masonería especulativa", es decir de masonería en el sentido actual del término, datan del siglo XVIII, aunque de forma esporádica y referidas a personas aisladas. Así, en 1747, está documentado un proceso del Santo Oficio de Santiago contra el capitán don Simón Lafora por ser francmasón. Sin embargo la primera logia masónica gallega, de la que se tiene noticia no aparece hasta 1814, año en que enciende luces la "Logia Constitucional de la Reunión Española", constituída en el oriente de A Coruña por francmasones militares gallegos, que ya habían fundado la logia "La Reunión Española" en Brest, durante la estancia de la armada española en dicha ciudad.
En el caso de Vigo, sucede algo parecido, las primeras noticias, de masones aislados proceden de 1814, en que hay constancia de un proceso de la Inquisición contra Manuel Llorente Pastor por masón, siendo necesario esperar hasta 1870 para que se constituya la primera logia, la "Hiram Nº 51", bajo los auspicios del Grande Oriente Lusitano. Dicha logia se fusiona en 1871 con la recién creada"Oliva" pasando a denominarse "Oliva e Hijos de Hiram Nº 12" dependiente del Gran Oriente de España, que a su vez es disuelta en 1872. En 1882 levanta columnas la logia "Nueva Hiram Nº 181" delGran Oriente Nacional de España, que luego se integraría en elGran Oriente Regional de Galicia. Entre los miembros de esta logia en 1898 aparecerá una mujer masona, de simbólico "Vigo" .
A partir de 1886, con la llegada al gobierno de Sagasta y la promulgación de una nueva Constitución que reconoce la libertad de reunión y de expresión y la despenalización de la masonería, se produce un florecimiento de logias en toda España, proceso al que no es ajena Galicia. Este florecimiento, sin embargo, es también efímero. A finales del siglo, a raiz de la crisis de 1898, que tiene como origen la independencia de Cuba y Filipinas, se produce un nuevo período de persecución de las organizaciones masónicas que conlleva el cierre de todas las logias en la provincia de Pontevedra.
A finales de los años 20 empieza un nuevo período de tolerancia que duraría hasta el fin de la II República en 1936. La caída de la II República y el comienzo de la dictadura franquista, con su obsesión por la persecución de esta Orden, supone el período más negro en la historia de la francmasonería en España, La gran mayoría de los aproximadamente 120 masones que había en la provincia de Pontevedra en 1936, fueron ejecutados o tuvieron que exiliarse. La ley de Represión de la Masonería y el Comunismo promulgada en 1940 tiene caracter retroactivo por lo que son condenados a muerte o a largas penas de prisión personas por el único hrecho de haber pertenecido a la masonería.
De esta manera, la masonería española se disuelve hasta la recuperación de la democracia. Tras ésta, las organizaciones masónicas inician poco a poco su reimplantación.
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