jueves, 16 de octubre de 2014

Neuronas y la conducta




En su más reciente trabajo dentro de esta línea de investigación, el equipo de Rui Costa del Instituto Gulbenkian de Ciencia (Portugal), y Xin Jin, del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, uno de los Institutos Nacionales estadounidenses para la Salud, analizó el papel que en el fenómeno descrito ejercen ciertos circuitos cerebrales ubicados en los ganglios basales.

Los investigadores han constatado que cuando los ratones, como los observados en su estudio, están aprendiendo a llevar a cabo una secuencia conductual particular, hay una actividad neuronal específica que aparece en esos circuitos cerebrales y que marca el paso inicial de la secuencia y el paso final.

Y resulta que estos circuitos cerebrales son los que sufren un proceso degenerativo en los pacientes con la enfermedad de Parkinson o la de Huntington. Dichos pacientes también exhiben deficiencias tanto en el aprendizaje secuencial, como en el inicio y el fin de los movimientos voluntarios.

Los autores del estudio han logrado además manipular genéticamente esos circuitos en los ratones, y con ello han demostrado que cuando esos circuitos no pueden cumplir debidamente con su cometido, se produce una merma considerable en la capacidad de aprendizaje secuencial de los ratones, un síntoma que también padecen los pacientes humanos afectados por trastornos en los ganglios basales.

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