Muchos masones conciben la triple divisa que abre y cierra sus trabajo como parte integrante de la cultura masónica desde los primeros tiempos. Nadie duda, en efecto, que las aspiraciones a las que dicha divisa se refiere se encuentran enraizadas en el corazón de la ética de cualquier masón. Sin embargo, su antigüedad en el seno de la Orden no es tan grande como cabría imaginar y su introducción no dejó de producir determinadas complicaciones.
Para establecer la génesis del trilema hay que remontarse al siglo XVIII, antes del estallido de la Revolución Francesa. Las “ideas nuevas” cosechaban éxito en la sociedad francesa, sobre todo en los clubes, los gabinetes de lectura y, también, en las Logias (aunque no más en ellas que en otros lugares). El deseo de un amplio segmento de la sociedad ilustrada –la aristocracia liberal y particularmente, la burguesía- por tomar parte en los negocios se expresa a través de temas como “la dulce igualdad” y “la tierna fraternidad”, que florecerán en todos los discursos, sobre todo en los pronunciados en el seno de las Logias. Pero no es menos cierto que la fórmula “Libertad, Igualdad, Fraternidad” no aparece en el lenguaje masónico propiamente dicho hasta después de que esta misma fórmula haya sido consagrada por la República, y nunca antes como pretende una vivaz leyenda.
Si desde 1789 el Marqués de Girardin proclama que la Constitución tendrá por base “la Igualdad, la Justicia, la Universal Fraternidad ”, la proposición efectuada entonces por el Club des Cordeliers de adoptar la triple divisa como lema no sería tenida en cuenta, y habrá que esperar hasta 1793 para que los documentos oficiales de la joven República se adornen, en adelante, con la fórmula “Unidad, Indivisibilidad de la República – Libertad, Igualdad, Fraternidad o Muerte”. Todo un programa doctrinal, sin duda.
En cualquier caso, la Masonería no adoptará la fórmula hasta más tarde, y aparece por primera vez la divisa en la patente de una Logia que, en junio de 1793 adopta como título distintivo precisamente el nombre de “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. A pesar de todo, la divisa continúa siendo muy poco usada en los medios masónicos, e incluso se puede citar una mención del Libro de Arquitectura de la Muy Respetable Gran Logia de Francia que, en 1773, había rechazado su fusión con el Gran Oriente de Francia y que desaparecerá en 1799.
Hasta 1848, la triple divisa no vuelve a aparecer en ningún documento masónico. El 24 de febrero de ese año, el Gobierno provisional establece: “Libertad, Igualdad, Fraternidad como principios, y el Pueblo como divisa y lema”. La Ley del 8 de septiembre oficializará finalmente la divisa como propia de la República.
La Masonería, que en París ha tomado una participación activa en la Revolución, envía una delegación el 6 de marzo al Ayuntamiento de la ciudad. El Hermano Bertrand declara en aquella ocasión: “Los masones han llevado desde siempre en sus estandartes las palabras Libertad, Igualdad, Fraternidad. Al verlas ahora en la bandera de Francia, saludan el triunfo de sus principios y se felicitan al poder decir que la Patria ha recibido la consagración masónica”. Singular modo de escribir la historia…
Hay que esperar al Convento de 1849 para que el Gran Oriente de Francia modifique su artículo primero añadiendo esta última mención: “La divisa (de la Masonería) ha sido siempre (sic): Libertad, Igualdad, Fraternidad”. En este mismo texto, el Gran Oriente proclamaba por primera vez en su historia que la Masonería tenía también “por base la existencia de Dios y la inmortalidad del alma”…
En 1869 la Gran Logia Central , fundada en 1822 por el Supremo Consejo de Francia (del Rito Escocés Antiguo y Aceptado) para administrar sus logias azules, solicita la introducción de la divisa en el escocismo –y la supresión de la referencia al Gran Arquitecto del Universo-.
En 1873, el Supremo Consejo accede a la primera de estas demandas. El mismo espíritu y la misma divisa serán recogidos por la Gran Logia Simbólica Escocesa fundada en 1880, y después por la Gran Logia de Francia, definitivamente constituida en su forma actual en 1894 y 1896.
La triple divisa quedaba así universalmente establecida en la Masonería francesa. Universal, generosa… pero en absoluto masónica de origen, continúa siendo en nuestros días una especificidad masónica exclusivamente francesa”.
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