viernes, 23 de mayo de 2014

Aaru



Aaru (Iaru, Aalu, Yaar o Yalu), era el lugar paradisiaco donde reinaba Osiris (dios egipcio de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo -que preside el tribunal del juicio de los difuntos-), y morada también de Ra Hor-Ajti (el Horus de los Dos Horizontes), Seth (Señor de lo que no es bueno y las tinieblas), y otros dioses importantes, según la mitología egipcia.


El Aaru fue situado originalmente en los Textos de las Pirámides  en la región del norte, donde las estrellas imperecederas o circumpolares. Posteriormente se localizó en el nordeste y también en el noroeste, y se describe como un campo eternamente fértil o una serie de islas cubiertas de cañas (un campo de Juncos), similar al terrenal delta del Nilo: una zona de caza y pesca ideal. 


Solamente a los espíritus cuyos actos pasados terrenales (conciencia y moralidad, representados por el corazón) pesaban igual que el Maat (la armonía cósmica, representada simbólicamente por una pluma) les era permitido comenzar un largo y peligroso viaje al Aaru, para disfrutar placenteramente por toda la eternidad. 


En este viaje al Aaru, el difunto estaba expuesto a múltiples peligros y, para evitarlos, el espíritu del difunto dependía de la energía y conocimientos que hubiera adquirido en la vida pasada, y de las palabras mágicas registradas en el libro de los muertos.


Además necesitaba la ayuda proporcionada por los parientes y amigos que aún vivían en la tierra, pues eran ellos los que aseguraban la conservación de su cadáver para que él pudiera volver y utilizarlo como tumba indestructible, hogar y abrigo de su Ka, necesitando alimento y bebida para su sustento, rezos y sacrificios para su salvación, y perseverar su recuerdo inscribiendo en los muros de la tumba, o escribiendo en rollos de papiro, capítulos del libro de los muertos, introducidos entre los vendajes de su cuerpo momificado.

fuente: wikipedia

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