sábado, 24 de enero de 2015

Las interferencias electrónicas y el mar Baltico



En 2011 investigadores suecos se encontraron con un objeto de origen desconocido en el fondo de golfo de Botnia, en el Mar Báltico (entre Suecia y Finlandia) cuando buscaban un carguero hundido. 

El descubridor, Peter Lindberg de la empresa Ocean X, estaba buscando un carguero hundido cuando su sonar identificó una cosa extraña. Algunos expertos afirman que es muy probable que se trate de una nave extraterrestre, mientras que otros opinan que probablemente no sea otra cosa que una formación geológica.

Una marca hollada junto al objeto de unos 300 metros de longitud le hace suponer al investigador que el objeto pudo arrastrarse esa distancia por el fondo marino antes de detenerse. Lindberg confesó que a lo largo de sus 18 años de trabajo nunca había visto nada parecido.

Las imágenes del sonar no bastan para determinar el origen del hallazgo. Mientras tanto, Lindberg no se mostró dispuesto a realizar una investigación por falta de interés y de los medios necesarios.

Sin embargo, la escasa profundidad a la que se encuentra el objeto permitiría sondear el misterio sin demasiadas dificultades.


En junio de 2012, un equipo formado por 13 oceanógrafos, ingenieros y buzos de aguas profundas tomó imágenes 3D y muestras de toxicidad y radiación para tratar de dar respuesta a las dudas planteadas por ufólogos, biólogos, investigadores y curiosos en general acerca de este singular objeto, que fueron analizados por científicos del Instituto Weizmann y por el Instituto Sonia y Marco Nadler de Arqueología de la Universidad de Tel-Aviv 

El equipo sueco encontró un extraño objeto circular de unos 60 metros de diámetro en el lecho oceánico a casi 90 metros de profundidad. Los buzos encontraron que el objeto, comparado por muchos por su forma con el Halcón Milenario de las películas de Star Wars, tiene forma de hongo gigantesco, se eleva de tres a cuatro metros sobre el lecho marino y tiene los cantos redondeados y los bordes ásperos. 

Un hallazgo que durante la inmersión confundió al equipo incluso más, fueron unas extrañas formaciones circulares de rocas que se encontraban en la parte superior del objeto. Según señalaron en un comunicado, parecían pequeñas chimeneas recubiertas de algo que se asemeja al hollín. 

Dado que el misterio sigue sin haberse resuelto, el equipo de cazatesoros ha decidido regresar al lugar en cuestión, pero esta vez con un equipo más sofisticado que incluiría cámaras a control remoto. 

A lo largo de los últimos meses, el hallazgo ha generado hipótesis de todo tipo. Mientras algunos aseguran que podría tratarse de los restos de un meteorito o de un buque de guerra, varios medios y ufólogos pensaron que podría ser un platillo volante, ya que, según informa Stefan Hogenborn, de Ocean X, los aparatos eléctricos en el buque se apagaban automáticamente cuando pasaban por la zona del objeto. 

Otras teorías afirman que el objeto es una base antisubmarina, ya que se parece mucho a las bases construidas en el Reino Unido y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. 

Según la tercera hipótesis más destacada se trataría de los restos de una civilización prehistórica.

Los más escépticos, por su parte, opinan que toda la investigación es una farsa y forma parte de una campaña de mercadotecnia viral, es decir, un truco publicitario de Ocean X para tratar de recaudar dinero que emplearían en otros proyectos relacionados con la búsqueda  de tesoros perdidos.

Sin embargo, la teoría que parece ser más veraz es que el objeto se trata de una mera roca en el fondo del mar.

Fuente: RT

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