miércoles, 9 de marzo de 2011

La lanza de Longinos



Cuenta la leyenda que esa lanza fue la que perforó el costado de Cristo cuando estaba en al cruz. Hitler descubrió que había por lo menos otras tres lanzas santas en Europa en esa época: una estaba en el Vaticano, otra había sido llevada a París en tiempos de las Cruzadas, y una más estaba en una iglesia de Cracovia, Polonia. Pero la lanza Longinos, llamada así por el centurión romano que la usaba, había atraído más la atención porque tenía en su asta un clavo supuestamente usado en la Crucifixion.


Se dice que esta lanza fue un talismán poderoso para Constantino el Grande, el primer emperador cristiano de Roma; para el rey franco Carlos Martel, que expulsó de Francia a los árabes en el siglo VIII; para Carlomagno y también para el sacro emperador romano Federico Barbarroja. Según la tradición todos los que la habían poseído resultaron victoriosos. Estas cualidades místicas de la lanza de Longinos fascinaron a Hitler.

El hombre que reveló la obsesión que tenía Adolfo Hitler por la lanza que supuestamente había pertenecido a Longinos era un sabio austriaco, el doctor Walter Stein, amigo de Hitler desde antes de 1914. Según el doctor Stein, la creencia de Hitler en los poderes sobrenaturales de la lanza de Longinos lo llevaron a la magia y el ocultismo. Se consideraba a sí mismo como una reencarnación de Landulfo II de Capua, el terrible tirano siciliano del siglo IX que, se supone, también estuvo en posesión de la lanza. Stein creía que el ascenso de Hitler al poder había sido por la magia negra y la lanza de Longinos.

Cuando en 1938 Hitler anexó Austria al Tercer Reich, una de sus primeras disposiciones fue visitar el Museo Hofburg para reclamar su lanza. Hizo todos los arreglos necesarios para que la transladaran a Nuremberg, donde fue colocada en una iglesia que ordenó convertir en santuario nazi.

Cuando más adelante las fuerzas aliadas bombardearon la ciudad, Hitler ordenó esconder la lanza en una bóveda que había mandado construir dentro de los cimientos del Castillo de Nuremberg.

Finalmente, el 30 de abril de 1945, las tropas estadounidenses entraron en Nuremberg, sacaron la lanza. En la actualidad, la lanza de Longinos está de nuevo en el Museo Hofburg.


Al tratarse de una reliquia sagrada, la hoja de hierro fue reparada varias veces con plata y oro durante su larga historia. Ahora la mantienen unida un alambre y una funda con inscripciones


1 comentario:

Rubén López-Cortés dijo...

Muy interesante, siempre me pareció que la Alemania Nazi estaba rodeada por cierta atracción al misticismo y ocultismo...

Curioso que "funcionara" con algunos y no con Hitler, ¿a ver si era la que no era?

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