sábado, 27 de febrero de 2010

Anticipándose 4 siglos a los astronautas

Francisco de Holanda (1517 – 1584) comenzó a escribir en el año 1545 un libro titulado "De aetatibus mundi imagines" que pretendía hacer una crónica gráfica del mundo en 164 imágenes. Obviamente la obra se inicia representando el Génesis bíblico, momento que recoge la imagen superior. La mayoría de los dibujos que este artista portugués de origen flamenco preparó para el libro, fueron hechos a lapiz y quedaron incompletos, sin embargo existen unos pocos acabados y policromados como el que ilustra el post. La ilustración sobre la creación es realmente peculiar por algo en concreto, por primera vez la Tierra aparece plasmada en colores azul y blanco (hasta ese momento se representaba en marrón y blanco) los mismos que los astronautas contemplarían 4 siglos después.

Trabaja con su padre, iluminador, en la corte portuguesa en tiempos de Juan III, cuando por su valía es invitado a formar parte del séquito del embajador portugués, Pedro de Mascarenhas, en su viaje a Roma, donde permanece desde 1538 hasta 1540. Allí llega a conocer y tratar a las figuras más destacadas de la vida romana, acudiendo a los principales círculos intelectuales y artísticos. Con apenas 20 años, fue discípulo de un maduro Miguel Angel mientras dibujaba la Capilla Sixtina (quizás de ahí provenga cierta influencia).  . Comienza en ese momento su colección de dibujos de artistas italianos relevantes. A su vuelta a Portugal plasma en sus obras todos sus conocimientos. El códice De aetatibus mundi imagines es el más tardío de los tres conservados de este artista. Lo identifica F. Cordeiro Blanco en 1953 entre el fondo de dibujos de la Biblioteca Nacional y lo estudia en profundidad S. Deswarte. En la obra destaca la compleja iconografía plagada de citas y detalles eruditos tomados directamente de sus vivencias romanas que reflejan su infatigable curiosidad intelectual. Las imágenes, que se desarrollan en escenarios arquitectónicos renacentistas, se complementan con inscripciones en latín que recogen citas de autores latinos clásicos dentro del sentimiento renacentista de respeto y admiración hacia la Antigüedad. Distribuye la obra en seis edades: cinco para el Antiguo Testamento y una para el Nuevo Testamento, finalizando con el Apocalipsis. A lo largo de sus páginas se aprecia un predominio de la parte gráfica sobre la escrita.

Francisco de Holanda es, sin duda, el prototipo de artista renacentista, polifacético y de sólida formación humanística.

De Aetatibus Mundi forma parte de los 10 manuscritos más importantes de la Biblioteca Nacional de España. Este tesoro bibliográfico es un manuscrito de 178 páginas, totalmente dibujadas con la técnica de guaches y aguadas, sobre papel verjurado con marcas de agua. Sus dimensiones son 43 x 30 cm y está encuadernado en terciopelo de seda carmesí.

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